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Diferencias entre jamón ibérico y jamón serrano

El jamón, tanto el ibérico como el serrano, son joyas de la gastronomía española. Ambos reconocidos mundialmente por su exquisito sabor y su meticuloso proceso de elaboración.

Quédate y conoce las diferencias entre el jamón ibérico y el jamón serrano, siendo clave aspectos como su origen, el método de producción, las características organolépticas, etc.

Historia y origen del jamón ibérico y jamón serrano

El jamón ibérico proviene de la península ibérica, donde se ha producido desde tiempos antiguos. Este tipo de jamón se elabora exclusivamente a partir de la raza de cerdo ibérico, que ha sido criada en las regiones de Extremadura, Salamanca y Andalucía, entre otras.

El jamón serrano, por su parte, se produce a partir de varias razas de cerdos y no está limitado a una región geográfica específica de España. Su nombre «serrano» proviene de la práctica de curar la carne en lugares altos y fríos, las sierras españolas.

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Diferencias en la producción del jamón ibérico y jamón serrano

Las diferencias en la producción entre el jamón ibérico y el jamón serrano son fundamentales para entender sus características únicas y sus perfiles de sabor distintivos.

Raza del cerdo

Como hemos dicho anteriormente, el jamón ibérico se produce únicamente de cerdos de raza ibérica, una raza autóctona de la península ibérica. Se diferencian del resto por su capacidad genética para almacenar grasas intramusculares, las cuales se infiltran en su musculatura y son responsables de su sabor y textura característica.

A diferencia del ibérico, el jamón serrano puede producirse a partir de varias razas de cerdos, no necesariamente ibéricos. Las razas más comunes son Duroc, Landrace o Pietrain. Estos cerdos suelen tener un menor contenido de grasa intramuscular comparado con los cerdos ibéricos, lo que resulta en un producto final menos veteado.

Alimentación y crianza

La alimentación juega un papel crucial en la calidad del jamón ibérico. Durante la última fase de su crecimiento, los cerdos ibéricos son alimentados en su mayoría con bellotas durante la temporada de montanera en dehesas arboladas. Esta dieta rica en bellotas es responsable del sabor distintivo y la textura suave del jamón.

En contraste, los cerdos para jamón serrano suelen criarse en sistemas de alimentación más controlados, con dietas que incluyen cereales y piensos. Esta alimentación menos especializada contribuye a que el jamón serrano tenga un sabor más neutro y una textura más firme en comparación con el ibérico.

Proceso de curación

El proceso de curación del jamón ibérico es más largo y meticuloso. Puede durar de 24 hasta 48 meses, dependiendo del producto específico. Durante este tiempo, el jamón se cura en un ambiente controlado donde la temperatura y la humedad se regulan cuidadosamente para desarrollar su sabor y textura únicos.

En cambio, el jamón serrano generalmente pasa por un período de curación más corto, entre 6 y 18 meses. Este proceso más breve, junto con las condiciones de curación que suelen ser menos rigurosas en comparación con el ibérico, resulta en un jamón con características organolépticas diferentes.

Denominaciones de origen

Solo el jamón ibérico tiene denominaciones de origen protegidas como «Jamón de Guijuelo» como es el caso del jamón ibérico de Beher, «Jamón de Jabugo» o «Jamón de Los Pedroches». Estas denominaciones garantizan no solo la calidad y el origen geográfico del producto, sino también el cumplimiento de estrictas normas de producción y curación.

Aunque el jamón serrano también puede contar con denominaciones como la Indicación Geográfica Protegida (IGP) «Jamón de Teruel» o «Jamón de Trevélez», las regulaciones son generalmente menos estrictas en comparación con las aplicadas al jamón ibérico, reflejando una diversidad mayor en términos de técnicas de producción y características finales del producto.

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Diferencias en las características organolépticas del jamón ibérico y jamón serrano

Aspecto visual

El jamón ibérico tiene un color más oscuro y una textura más veteada debido a su alto contenido de grasa intramuscular. El serrano es más uniforme y menos graso.

Aroma y perfil de sabor

El ibérico es conocido por su sabor profundo y complejo con notas de nuez, gracias a la dieta de bellotas. El serrano tiene un sabor más suave y menos complejo.

Perfil nutricional

El jamón ibérico es particularmente rico en grasas monoinsaturadas, gracias a la dieta de bellotas que consumen los cerdos ibéricos. Las bellotas aportan ácido oleico, el mismo tipo de grasa saludable encontrada en el aceite de oliva, que es conocido por sus beneficios cardiovasculares. Esto confiere al jamón ibérico no solo un perfil de sabor más rico, sino también propiedades nutricionales más deseables.

El jamón serrano, en cambio, tiene un menor contenido de grasa intramuscular. Las grasas presentes son en su mayoría saturadas y poliinsaturadas, derivadas de una dieta más basada en cereales y piensos. Esto puede influir en un perfil nutricional menos favorable en términos de ácidos grasos comparado con el ibérico. Sin embargo, sigue siendo una buena fuente de proteínas y otros nutrientes. Además, debido a las diferencias en el proceso de curación, la cantidad de sal presente en el jamón serrano suele ser superior debido a su período de curación más corto.

Consumo y usos culinarios del jamón ibérico y jamón serrano

En España, el jamón ibérico se disfruta solo para apreciar su sabor, mientras que el jamón serrano se usa comúnmente en tapas, bocadillos y como ingrediente en platos cocinados.

Además, si alguna vez te has animado a cortar una pata de jamón entera, te habrás dado cuenta de que el corte del jamón es un arte.

A la hora de cortar una pata de jamón ibérico entera se recomienda hacerlo en lonchas muy finas y a temperatura ambiente para maximizar su sabor. En cambio, el corte del jamón serrano es más versátil.

Conclusión

Ambos tipos de jamón representan la rica tradición culinaria de España, cada uno con sus características únicas. Mientras que el jamón ibérico ofrece una experiencia gustativa de lujo, el jamón serrano ofrece versatilidad y accesibilidad, demostrando que ambos tienen su lugar en la cocina española y mundial.

Los jamones Beher destacan como un ejemplo de calidad superior, reconocidos internacionalmente por su sabor excepcional y su meticulosa producción. Beher, una marca galardonada en numerosas ocasiones, ejemplifica la excelencia del jamón ibérico, haciendo de su degustación una experiencia inolvidable para aficionados y gourmets alrededor del mundo.

Preguntas frecuentes sobre diferencias entre jamón ibérico y serrano

¿Cuál es la principal diferencia entre el jamón ibérico y el jamón serrano?

La principal diferencia radica en la raza de cerdo utilizada y su alimentación. El jamón ibérico se produce exclusivamente de cerdos de raza ibérica, alimentados en gran parte con bellotas, lo que aporta un sabor y textura distintivos. El jamón serrano puede producirse de varias razas y su alimentación se basa más en cereales, lo que afecta tanto el sabor como la textura.

¿Por qué el jamón ibérico es generalmente más caro que el jamón serrano?

El jamón ibérico es más caro debido a su proceso de producción más meticuloso y prolongado, la raza específica de los cerdos y su alimentación a base de bellotas. Además, los cerdos ibéricos requieren extensas dehesas para su cría, lo que limita la cantidad producida y eleva los precios.

¿Es el jamón ibérico más saludable que el jamón serrano?

El jamón ibérico contiene más ácidos grasos monoinsaturados, especialmente ácido oleico, que es beneficioso para el corazón. Aunque ambos tipos de jamón son ricos en proteínas y otros nutrientes, el perfil de grasa más saludable del jamón ibérico lo hace una opción más beneficiosa desde el punto de vista nutricional.

¿Puede el jamón formar parte de una dieta equilibrada?

Sí, el jamón puede ser parte de una dieta equilibrada gracias a su alto contenido de proteínas y otros nutrientes esenciales. Sin embargo, debido a su contenido en sal, se debe consumir con moderación, especialmente por personas con condiciones de salud que requieren una dieta baja en sodio.