MUNDO BEHER

Salvado por el jamón ibérico

¿Cuántas situaciones tipo «¡Tierra, trágame!» has vivido este año? ¿Y si te dijéramos que hay una fórmula para que cualquier situación se haga más llevadera?

Un buen plato de jamón ibérico BEHER no soluciona todos los problemas pero, desde luego, te hará afrontarlos con otro espíritu.

Aquí te traemos los mejores casos de uso para que puedas sacarle el mejor partido posible a tu Jamón Ibérico BEHER:

Caso de uso #1: «Tenemos que hablar»

Si al llegar a casa encuentras el ambiente enrarecido y tu pareja te dice, con semblante serio y voz reverberante, el temido «tenemos que hablar»… lo mejor que puedes hacer es pedirle un minuto y preparar un buen plato de Jamón Ibérico BEHER.

Seguramente la conversación se vuelva más amena y al final os encontréis riendo alrededor de uno de los mejores manjares disponibles y, sea  como sea, todo el mundo sabe que una negociación es más sencilla si hay jamón y vino presentes.

Caso de uso #2: Cliente enfadado.

Si un cliente se presenta en tu empresa enfadado, hablando idiomas ocultos y pronunciando frases en lenguas muertas…

Siempre se ha dicho que la música amansa a las fieras, pero esto lo dijo alguien que no tenía Jamón Ibérico a mano.

Aplaca su ira con un plato de Jamón Ibérico BEHER. Y si la culpa es tuya, ¡no pasa nada!, el mejor acompañamiento para unas disculpas es, sin duda, un platito de Jamón Ibérico.

Caso de uso #3: Pelea entre amigos

Si tu mejor amigo y tú habéis discutido y la cosa ya no avanza más porque habéis decidido, eso sí, de mutuo acuerdo, no hablaros nunca más…

Llámale y sobórnale con Jamón Ibérico Beher. No lo dudes, hay muchas posibilidades de que salga bien y, en todo caso, si sale mal, siempre te quedará el jamón.

Por supuesto, esta publicación debes tomarla con humor, el Jamón Ibérico no soluciona los problemas; los problemas los debes solucionar tú pero si por el camino te comes unas lonchas de Jamón BEHER seguro que el trago se hace más llevadero.